La pasta de semillas de sésamo es tan sencilla de preparar y a la vez tan versátil que acabarás añadiendo tahini a salsas, tostas, postres y todo aquello que se te ponga por delante.
¿Uvas con tahini? Claro, ¡¿por qué no?!
La pasta hecha a base de semillas de sésamo llamada tahini o tahina es popularmente conocida por ser un ingrediente indispensable en la elaboración de hummus. Sin embargo, su uso se extiende a infinidad de platos que forman parte de la cultura gastronómica de países de Oriente Medio, norte de África y península de los Balcanes.
Atraídos tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales, el tahini es un ingrediente que ha traspasado fronteras hasta convertirse en un condimento muy socorrido en la cocina occidental. Y no es de extrañar, porque su sabor intenso casa a la perfección con verduras, legumbres y pan.
El sésamo es una semilla oleaginosa compuesta en su mayoría de ácidos grasos insaturados, fundamentalmente oleico y linoleico. Éste último considerado esencial dada la necesidad de ser consumido a través de la dieta ya que el cuerpo no es capaz de producirlo por sí solo. Con el fin de evitar la oxidación de las grasas, las semillas cuentan en su composición con antioxidantes en forma de lignanos (sesamina, sesamolina y sesamol) y tocoferoles que consiguen alargar la vida útil del alimento evitando su enranciamiento.
Si por algo es conocido el sésamo a nivel nutricional es por su elevado contenido en calcio, mineral que a pesar de lo que aún cree mucha gente, no es necesario consumirlo a través de productos lácteos. Además de calcio, también contiene otros minerales como hierro, fósforo y magnesio en cantidades destacables.
Para una correcta absorción de nutrientes, se recomienda hidratar, moler o machacar las semillas porque de lo contrario abandonarían nuestro sistema digestivo enteras, tal cual entraron. Es por ello que una buena manera de consumirlas es una vez trituradas en forma de tahini.
Hoy en día el tahini es un ingrediente fácil de encontrar en casi cualquier supermercado pero considerada la poca dificultad de su elaboración, merece la pena prepararlo de forma casera. De esta forma se abarata el precio y se ajusta la intensidad de sabor o textura a nuestro gusto. Para ello tan sólo serán necesarios dos ingredientes y un procesador de alimentos o batidora de mano con cuchillas.
A la hora de comprar las semillas de sésamo se pueden encontrar principalmente en 3 modalidades:
- Sésamo integral o completo: Mantiene la capa externa o cáscara de la semilla y tiene un color dorado. Se aprecian diferentes tonalidades entre las semillas.
- Sésamo integral o completo tostado: La semilla aún con la cáscara se ha sometido a un tostado que aporta un color ligeramente más oscuro y un sabor más intenso. No confundir con el sésamo negro que se trata de otra variedad.
- Sésamo blanco o descascarillado: Sometido a un proceso de refinamiento en el que se ha eliminado la capa externa. Las semillas son de color blanquecino con un sabor más suave y neutro que su versión no refinada.
En este caso he partido de sésamo integral sin tostar para llevar a cabo el tostado yo misma y tener mayor control sobre el sabor final. De todas formas, los 3 tipos son perfectamente utilizables para hacer tahini. Dependiendo del sésamo empleado se obtendrá una pasta blanca y neutra (sésamo blanco) o más oscura, intensa y ligeramente amarga (sésamo integral crudo o tostado).
Tahini
Ingredientes
- 150 g Semillas de sésamo integral crudo
- 2 cda aceite de oliva virgen extra
Elaboración paso a paso
- Antes de nada se lavan las semillas para eliminar posibles impurezas
- Si se parte de las semillas crudas como en mi caso, se procede a su tostado. Para ello, se disponen en una sartén amplia y se tuestan a fuego medio removiendo constantemente para evitar que se quemen. Si esto sucede, la pasta quedará con un sabor más amargo. Cuando las semillas adquieren un ligero tono dorado y se percibe el olor característico del sésamo tostado similar a fruto seco, se aparta del fuego y se deja reposar hasta que pierdan calor.
- Se incorporan las semillas tostadas junto con el aceite (opcional) a la batidora con cuchillas o procesador de alimentos y se trituran hasta conseguir la consistencia deseada.
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